Estos días abundan en pastelerías, aparte del delicioso Roscón de Reyes, el carbón dulce o carbón de azúcar que tradicionalmente se regala a los niños el Día de Reyes, incluso algunas cabalgatas ya las incorporan entre los caramelos que se lanzan al público y se encuentra en las bandejas de muchos hogares acompañando a otros dulces navideños… Pero, ¿cómo se prepara este carbón?
Se trata de una golosina elaborada a base de azúcar, por lo que es importante lavarse a conciencia los dientes tras comer esa “bomba”, y sobre todo probarlo en poca cantidad.
También, como nos señalaba Lola hace unos días, no emplear el carbón como chantaje para que los niños se porten como nosotros deseamos, sino como un regalo más si se sigue esta tradición.
La receta consiste en conseguir una especie de espuma que, cuando se enfría, se parece al carbón.
El primer paso es preparar una glasa en frío: azúcar lustre (para glasear) en un 80% y agua en un 20%, hasta obtener una masa homogénea a la que daremos color negro (mediante colorante alimenticio) para que obtenga su aspecto tradicional.
A continuación se prepara un jarabe también con agua y azúcar común, hasta que alcanza el punto de caramelo blando, lo cual sucede a 128º C aproximadamente. Al conseguirlo, se retira del fuego y se añade la glasa elaborada anteriormente.
Se debe remover en círculos continuamente y veremos que el conjunto esponja y sube en forma de espuma. Finalmente se deja enfriar y el carbón dulce está listo para comer.
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